Rolando Graña destroza a Javier Milei tras su encuentro con Donald Trump en Naciones Unidas. La imagen de Milei, sentado al borde del sillón, embelesado mientras Trump leía un tuit, se convierte en un símbolo de la sumisión de Argentina ante Estados Unidos. Graña critica la relación de “entrega” que se establece, sugiriendo que Milei busca ganar tiempo hasta las elecciones, manteniendo el dólar bajo control y evitando que se dispare por encima de los 1500 pesos.
Durante la reunión, Trump elogió a Milei como un gran líder y prometió su apoyo para la reelección. Sin embargo, la declaración de Trump de que “Argentina no necesita un rescate” deja en el aire interrogantes sobre el futuro económico del país. ¿Qué implicaciones tendrá esto? La falta de claridad sobre posibles condicionamientos de Estados Unidos genera incertidumbre.
El vocero de la reunión, Toto Caputo, intentó minimizar las preocupaciones, afirmando que no hubo condicionamientos exigidos. Pero la sombra de la dependencia se cierne sobre la administración de Milei, evocando comparaciones con las relaciones de Menem en los años 90. La crítica de Graña es contundente: este episodio se suma a un capítulo de entrega de un presidente argentino a intereses extranjeros.
Los expertos advierten que, tras las elecciones, la situación económica podría volverse insostenible. La estrategia actual de Milei, que busca controlar la inflación y estabilizar el dólar, podría tener consecuencias devastadoras para la microeconomía del país. La pregunta persiste: ¿qué pasará después del 2023? La tensión y la incertidumbre dominan el panorama político y económico en Argentina.