JUAN ENRIQUE LE LLENÓ LA CARA DE DEDOS A TODO EL GOBIERNO: Devaluación y default, la doble D
En un giro alarmante de los acontecimientos económicos, Argentina se enfrenta a la inminente amenaza de una doble devaluación y default, un escenario que evoca los peores momentos de su historia financiera. Las señales son claras: el superávit comercial proyectado de 18,000 millones de dólares para 2024 no ha sido suficiente para frenar la fuga de capitales y el endeudamiento masivo que asola al país.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Besen, ha ofrecido un salvavidas en forma de compra de bonos globales, pero a un precio: la reestructuración inmediata de la política económica argentina. Esta oferta se produce en un contexto donde las retenciones cero han colapsado, y el país se encuentra al borde de un abismo financiero. El anuncio de la asistencia del Fondo de Contingencia y la propuesta de un swap por parte de la Reserva Federal son intentos desesperados por estabilizar un sistema al borde del colapso.
La historia se repite: recordamos el fatídico octubre de 2001, cuando las promesas de rescate se desvanecieron y el país cayó en la crisis más profunda de su historia. Javier Milei, el actual presidente, ha logrado esquivar hasta ahora el desastre con solo tres tweets, pero el tiempo se agota.
La competencia comercial con China ha alterado drásticamente el panorama, con precios que han caído un 26% en comparación con el pasado. La presión para revertir las políticas económicas se intensifica, y la soberanía política de Argentina está en juego. La pregunta que todos se hacen: ¿podrá el gobierno revertir el rumbo antes de que sea demasiado tarde? La situación es crítica y la nación está en alerta máxima.