Los Latin Grammy están en el ojo del huracán y la controversia se desata con la nominación de Catriel y Paco Amoroso por su EP “Papota”. En una ceremonia llena de sorpresas, estos artistas emergentes, que provienen de la escena under porteña, han logrado lo impensable: desafiar a la industria musical con una crítica mordaz a través de su música.
Con 10 nominaciones, Catriel y Paco están a la zaga de Bad BNY, quien lidera con 12 nominaciones. La ironía es palpable; lo que comenzó como una burla a los premios ahora se encuentra en la contienda por el álbum del año. “Papota” no solo es un EP, es un manifiesto que expone la superficialidad de la industria, con letras que parodian la búsqueda de éxito y viralidad. Temas provocativos como “tetas” y “el día del amigo” no son meras canciones, sino una reflexión crítica sobre el estado actual de la música.
La academia ha legitimado lo que originalmente pretendía cuestionar. Mientras Catriel y Paco empujan los límites del sonido contemporáneo, otros nominados como Marilina Bertoldi y Eru Casativa también reflejan la diversidad musical de Argentina. Sin embargo, la ausencia de figuras como Lali y Casu ha sido notable.
El hecho de que Catriel y Paco no ganaran un Latin Chadi no opaca su logro; su nominación es un hito cultural. La paradoja es contundente: el dúo que se burlaba de la lógica del premio ahora se encuentra en la carrera por él. La academia nunca deja de sorprender, y esta vez, la ironía está en el aire. La batalla por el reconocimiento está en marcha, y el mundo de la música está atento a lo que sucederá.