LARGAS FILAS en ANDIS: “ME DIERON de BAJA la PENSIÓN con 90% de DISCAPACIDAD”
Una crisis sin precedentes se desata en la sede de ANDIS, donde cientos de personas con discapacidades se ven obligadas a hacer largas filas para reclamar pensiones que les han sido suspendidas sin previo aviso. Uno de los casos más impactantes es el de Leonardo, un hombre con un 90% de discapacidad, quien tras haber recibido su pensión desde 2015, se encontró con que su ayuda económica fue cortada de la noche a la mañana.
Leonardo, quien fue arrollado por una camioneta en 2015, llegó a la sede de ANDIS desde La Matanza, enfrentando enormes dificultades físicas. Sin previo aviso, su pensión fue dada de baja, dejándolo en una situación desesperante. “Nunca me notificaron. No recibí ningún correo ni carta”, afirmó con angustia. Con dos hijos pequeños a su cargo, la situación se torna crítica, ya que su pensión de 300 pesos apenas cubre una parte del alquiler de 350 pesos.
La desesperación se siente en el aire. Otros en la fila comparten historias similares: pensiones cortadas sin aviso, trámites burocráticos interminables y la angustia de no saber cómo sobrevivir. “La gente no tiene plata”, dice Leonardo, mientras se prepara para regresar a su hogar y continuar vendiendo productos en la calle para subsistir.
La situación es alarmante. La falta de comunicación y la burocracia ineficiente han dejado a muchas familias en la cuerda floja. La indignación crece entre quienes han dedicado años a contribuir al sistema, solo para ser despojados de su derecho a una pensión. La pregunta que resuena es: ¿qué futuro les espera a estas personas en un país donde la dignidad y el respeto por los más vulnerables parecen estar en peligro? La crisis en ANDIS es un llamado urgente a la acción.