El presidente Javier Milei ha encendido las alarmas en la política argentina tras su reciente cadena nacional, donde proclamó que “lo peor ya pasó”. En un discurso que marca un giro en su narrativa, Milei anunció aumentos en el presupuesto de 2026, destacando incrementos en salud, educación y jubilaciones, pero la comunidad económica se muestra escéptica ante la viabilidad de estos anuncios.
Los analistas, incluidos Pablo Moldován y Julieta Wisgold, advierten que el discurso de Milei, aunque estructurado, carece de novedades reales y se aferra a un enfoque fiscalista extremo que podría no resolver los problemas económicos del país. La incertidumbre sobre la aprobación del presupuesto y la posibilidad de un ajuste fiscal han desatado protestas en Buenos Aires, donde los ciudadanos han salido a las calles con cacerolazos, reflejando el descontento general.
El clima político se complica a medida que se aproxima la elección de octubre. La oposición ya se prepara para contrarrestar el mensaje del presidente, mientras que la comunidad financiera observa con preocupación el riesgo país y la relación del gobierno con el Fondo Monetario Internacional. Las decisiones que se tomen en las próximas semanas serán cruciales para el rumbo económico del país.
La situación es crítica y las reacciones no se han hecho esperar. La falta de claridad en el futuro económico y la posibilidad de que los anuncios de Milei sean solo palabras vacías han generado un ambiente de tensión. El tiempo se agota y la presión sobre el gobierno aumenta, mientras la población espera respuestas concretas y efectivas. La pregunta que queda en el aire es: ¿realmente lo peor ya pasó, o estamos al borde de una nueva crisis?