En una jornada que promete ser decisiva para el futuro del gobierno de Javier Milei, miles de ciudadanos se movilizan en Buenos Aires y en ciudades de todo el país en respuesta a los vetos del presidente a leyes clave, incluyendo la emergencia pediátrica y el financiamiento universitario. La tensión se siente en el aire mientras la Cámara de Diputados se prepara para una sesión crítica que podría marcar un punto de inflexión en la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo.
Desde tempranas horas de la mañana, se han reportado concentraciones masivas frente al Congreso, donde se espera que la oposición logre los dos tercios necesarios para rechazar los vetos. La situación es aún más volátil dado el contexto económico, con un riesgo país que ha aumentado a niveles alarmantes y un gobierno que parece perder el control de la narrativa pública.
En el recinto, los diputados se encuentran en una encrucijada. A pesar de los intentos del gobierno por negociar y cambiar algunos votos, la presión externa de las calles podría influir en la decisión de aquellos legisladores indecisos. El ambiente es electrizante, con manifestantes que claman por una educación y salud pública dignas, mientras dentro del Congreso se discuten temas que afectan a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Las reacciones en los mercados también son inminentes, y los analistas advierten que cualquier derrota legislativa podría desencadenar una nueva crisis financiera. La incertidumbre es palpable: ¿podrá Milei mantener su agenda de austeridad ante un Congreso cada vez más desafiante? La respuesta podría estar a solo unas horas de distancia, y el país observa con ansias y temor lo que sucederá en esta crucial jornada.