**LA MOTOSIERRA MATA Y LOS PAPELONES DE STURZENEGGER**
En un contexto de crisis económica sin precedentes, la situación financiera de Argentina se ha vuelto insostenible. La reciente licitación del gobierno, que ofreció una tasa de interés del 70%, fracasó estrepitosamente, revelando la desconfianza de los bancos hacia el peso. Cuatro de cada seis entidades se negaron a participar, lo que indica que el sistema financiero está al borde del colapso. El gobierno, en un intento desesperado por controlar la inflación y el precio del dólar, ha comenzado a obligar a los bancos a aceptar bonos que no desean, un movimiento que podría desatar una crisis aún más profunda.
El economista Ricardo Arriasu, que había sido un firme defensor del gobierno, ahora advierte sobre el peligro de esta estrategia. La presión sobre el sistema financiero se intensifica a medida que la inflación se dispara, alcanzando un alarmante 2.3% en agosto, y se proyecta que continúe en aumento. La falta de confianza en el peso está llevando a un éxodo de capitales hacia el dólar, y la situación se complica con la inminente devaluación que muchos anticipan tras las elecciones de octubre.
Mientras tanto, el ministro de Economía, Federico Sturzenegger, se encuentra en el centro de la tormenta. Sus declaraciones sobre la desregulación de los organismos de control han generado un clamor en la sociedad, y su defensa de un sistema que prioriza el libre mercado por encima de la salud pública ha sido ampliamente criticada. Con el escándalo del fentanilo todavía fresco en la memoria colectiva, Sturzenegger se enfrenta a un creciente descontento popular y a la posibilidad de un juicio político.
La situación es crítica, y todos los ojos están puestos en cómo el gobierno manejará esta crisis en las semanas venideras. La presión aumenta, y con las elecciones a la vista, el futuro de la economía argentina pende de un hilo.