MILEI YA NO GOBIERNA Y SE JUNTA CON CRIMINALES
En una semana que ha sacudido los cimientos de la política argentina, el presidente Javier Milei parece haber perdido el control total de su gobierno. Tras un nuevo pedido de rescate a Estados Unidos, la figura del ministro de Economía, Luis Caputo, se ha desvanecido, dejando a Argentina a merced de decisiones externas que amenazan su soberanía. Los datos de pobreza, celebrados por el gobierno, son cuestionados por expertos que advierten sobre un panorama desolador: el desempleo crece y la capacidad industrial se desploma, mientras el gobierno insiste en cifras que parecen más un espejismo que una realidad.
La situación se torna aún más crítica con la llegada del nuevo embajador estadounidense, Peter Lamelas, quien ha dejado claro que su papel es asegurar el control sobre las provincias y eliminar la corrupción. La dependencia de Argentina de las políticas estadounidenses es alarmante, y las acciones en la bolsa han caído en picada, reflejando la falta de confianza en la gestión de Milei. En medio de esta debacle, el exministro Caputo se ha alineado con el nuevo secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Besen, quien parece ser el verdadero titiritero detrás de las decisiones económicas del país.
Mientras Milei se reúne con figuras controvertidas como Benjamín Netanyahu, la voz del pueblo se ahoga en la desesperación. La promesa de un futuro próspero se desmorona, y la pregunta que resuena en cada rincón de Argentina es: ¿quién realmente gobierna? La respuesta podría ser más sombría de lo que se imagina. La nación enfrenta un momento decisivo, y el tiempo se agota para revertir el rumbo.