Diego Español, un hombre clave en una investigación de corrupción que sacude a la presidencia de la nación, borró su celular horas antes de un allanamiento judicial. La fiscalía, liderada por el fiscal Franco Picardi, ha confirmado que, antes de entregar su dispositivo, Español realizó una copia de seguridad, lo que podría contener pruebas cruciales para el caso.
Las implicaciones son serias. La investigación se centra en un escándalo de coimas que podría llegar hasta la cúpula del gobierno, involucrando a figuras como Karina Miley y hasta la ministra de Capital Humano, Sandra Petovelo. La urgencia es palpable: la justicia está en busca de esa copia de seguridad en la nube de iCloud de Español, que podría desentrañar el entramado de corrupción.
La maniobra de borrar el celular no fue un simple acto de pánico; se llevó a cabo con tecnología avanzada, lo que sugiere una premeditación alarmante. La fiscalía teme que si no se actúa con rapidez, los datos podrían quedar irrecuperables. La situación es crítica: el tiempo corre y cada minuto cuenta en la búsqueda de evidencias que podrían cambiar el rumbo de esta investigación.
Las declaraciones de Español, en las que menciona conversaciones con el presidente y otros implicados, añaden más tensión al caso. La justicia está decidida a no dejar piedra sin mover y a asegurar que la verdad salga a la luz. Con la presión aumentando, todos los ojos están puestos en el desenlace de esta trama que podría sacudir los cimientos del poder en el país.