Miles de manifestantes se congregan en el Congreso Nacional en la Marcha FEDERAL de la EDUCACIÓN y la SALUD, denunciando la inhumana actitud del presidente al vetar leyes cruciales para universidades y hospitales. Las voces de estudiantes, profesionales y ciudadanos resuenan con fuerza, clamando por un cambio urgente en las políticas del gobierno.
“Es inhumano lo que hace el presidente”, afirma Macarena, estudiante de medicina, quien destaca la importancia de la educación pública como un derecho fundamental. La falta de presupuesto se siente en cada rincón de las universidades, donde los recursos básicos son escasos. “La universidad es vital para nuestra formación y futuro”, añade, mientras otros estudiantes comparten su descontento por la situación crítica que enfrentan.
Georgina, graduada de una universidad pública, resalta que las instituciones educativas son espacios de pensamiento crítico y resistencia ante políticas que favorecen a unos pocos. “Queremos que los hijos de las clases trabajadoras tengan acceso a la educación superior”, enfatiza, señalando que el veto del presidente es parte de un plan sistemático para desmantelar la educación pública.
Lorena, madre de un niño con discapacidad, exige la restitución de pensiones eliminadas y la implementación de leyes de emergencia. “No podemos permitir que se sigan vulnerando nuestros derechos”, clama entre la multitud, que crece en número y en fervor.
La tensión se palpa en el aire mientras se acerca la votación en el Congreso. La comunidad educativa y los ciudadanos exigen ser escuchados, alzando sus voces contra un gobierno que se percibe como sordo a las necesidades del pueblo. La lucha por la educación y la salud pública está en su punto más álgido, y los manifestantes no se detendrán hasta que se haga justicia.