**LARGAS FILAS en ANDIS para TRAMITAR PENSIONES: la VOZ de la CALLE**
En un alarmante escenario, miles de personas se agolpan en las puertas de ANDIS, enfrentando largas filas y un sistema burocrático que parece ignorar sus necesidades urgentes. La situación ha alcanzado niveles críticos, dejando a muchos, como Graciela y su hijo Germán, en una lucha desgastante por asegurar una pensión vital para sobrevivir. Germán, cuadripléjico tras un accidente de moto, es uno de los muchos que dependen de este apoyo, pero la burocracia y la falta de comunicación han convertido el proceso en un verdadero calvario.
Graciela, quien se vio obligada a trasladar a su hijo en colectivo desde Kilme, relata su desesperación: “Hoy estoy aquí porque si no actualizo su certificado, le pueden dar de baja la pensión.” Con un sistema que exige la presencia física de personas con discapacidades severas y no envía notificaciones adecuadas, muchos se encuentran desinformados y temerosos de perder su sustento. “Vine por precaución, he visto a otros que han perdido sus pensiones sin aviso”, dice Graciela, reflejando la angustia de una comunidad que lucha por su dignidad.
El clima de descontento es palpable. Las quejas sobre la falta de atención y el trato deshumanizado son comunes. “Es vergonzoso lo que hacen con los discapacitados”, exclama Graciela, mientras otros en la fila asienten con la cabeza, compartiendo sus historias de sufrimiento y frustración. La indignación es evidente, y muchos sienten que el gobierno ha fallado en su promesa de protección para los más vulnerables.
Con cada día que pasa, la presión sobre ANDIS aumenta. La situación se torna cada vez más insostenible y la voz de la calle se alza, exigiendo respuestas y soluciones inmediatas. La comunidad no puede seguir esperando; la lucha por la justicia y la dignidad de los discapacitados no se detendrá. ¡Es hora de que se escuche su clamor!