SAN ANTONIO DE ARECO: Un oscuro pasado resurge en el horror. Esteban Alejandro Suárez, el femicida que mató a su pareja Florencia Reva de tres disparos antes de quitarse la vida, no es un desconocido en el mundo del crimen. Este individuo, condenado previamente por su participación en el asesinato de Claudio Lanzetta, un icónico personaje de la noche porteña, regresa a las portadas por un crimen que ha sacudido a la comunidad.
La historia se complica con el descubrimiento de que Suárez, que había sido condenado en 2001 por el asesinato de Lanzetta, tenía antecedentes de violencia de género. En 2020, fue sentenciado por agredir a otra pareja, dejando una estela de terror en su camino. A pesar de sus condenas, logró salir de la cárcel en 2021, donde conoció a Florencia, quien ya había denunciado su comportamiento violento. En un trágico giro del destino, ella solicitó una orden de restricción en 2025, pero fue demasiado tarde.
La fiscalía de Mercedes ha confirmado que el crimen no ocurrió en el vehículo donde se encontró el cuerpo de Reva, sino que Suárez trasladó a su pareja herida antes de acabar con su propia vida. En el automóvil, se hallaron una pistola 9 mm con mira telescópica y 25 balas, revelando la premeditación del acto. Este caso no solo destaca el ciclo de violencia que enfrentan muchas mujeres, sino también la ineficacia del sistema para protegerlas de depredadores reincidentes.
La conmoción en San Antonio de Areco es palpable, y la comunidad exige respuestas. ¿Cómo pudo un hombre con un historial tan violento seguir en libertad? La pregunta resuena mientras las autoridades investigan este atroz femicidio, que pone de relieve la urgencia de abordar la violencia de género en todas sus formas.