El diputado Aldo Leiva desató una tormenta en el Congreso al denunciar con furia la traición de sus colegas a los jubilados argentinos. En una intervención cargada de emoción, Leiva se dirigió a la cámara para expresar su indignación por la negativa de 83 diputados a apoyar un aumento del 7% en las jubilaciones, un acto que calificó de “lamentable” y “despiadado”. “Estamos aquí para representar al pueblo argentino, no para vendernos por cuatro pesos”, exclamó, mientras el ambiente en el recinto se tornaba tenso.
Leiva, visiblemente afectado, pidió disculpas a los jubilados que protestaban en la calle, señalando la falta de credibilidad de muchos políticos que prometen apoyo pero luego traicionan sus principios. “La sociedad está descreída porque hay quienes dicen una cosa y hacen todo lo contrario”, afirmó, enfatizando que la votación de esta tarde era un claro reflejo de esa traición.
El diputado no se detuvo ahí; también criticó a aquellos que, tras hablar de solidaridad, se retiraron en el momento crucial, dejando a los jubilados sin el apoyo que tanto necesitaban. “Hoy vinimos a votar en contra del veto por los discapacitados y jubilados, y nos encontramos con que muchos se borraron”, lamentó, instando a la ciudadanía a recordar este acto de deslealtad en las próximas elecciones.
Mientras la tensión crecía en el recinto, Leiva cerró su discurso con un llamado a la acción: “No bajen los brazos. A esos 83 que votaron en contra, háganles saber su descontento”. Con estas palabras resonando en la sala, el eco del descontento social se hizo palpable, dejando claro que la lucha por los derechos de los jubilados no ha hecho más que comenzar.