En un tenso debate en el Senado, la senadora macrista Carmen Álvarez Rivero desató la indignación al cuestionar el derecho de los niños argentinos a recibir atención médica en el Hospital Garrahan, uno de los centros pediátricos más importantes del país. Durante la discusión sobre la emergencia pediátrica, Álvarez Rivero afirmó: “No creo que los niños argentinos tengan derecho a venir al Garrahan a ser curados”. Sus palabras, que han causado un revuelo en la sociedad y en las redes sociales, fueron rápidamente respondidas por sus colegas, quienes la acusaron de ignorar la realidad de la salud infantil en Argentina.
El Hospital Garrahan atiende a 600,000 niños al año, y su papel es crucial en el sistema de salud nacional. La senadora, al negar la existencia de un derecho nacional para que todos los niños sean atendidos allí, provocó una ola de críticas. En respuesta, sus opositores señalaron que su postura es una falta de empatía y un desprecio por la salud de las infancias argentinas.
La discusión se intensificó cuando se reveló que el costo de la emergencia pediátrica podría ser cubierto por los intereses de la deuda acumulada por el gobierno, lo que pone de manifiesto la falta de prioridades en la asignación de recursos. “Con los intereses de deuda que está acumulando el gobierno se pueden pagar 127 años de emergencia pediátrica”, afirmaron los detractores de la senadora.
El debate no solo pone en tela de juicio la postura de Álvarez Rivero, sino que también revela una profunda crisis en el sistema de salud infantil argentino. La indignación pública crece y las redes sociales se llenan de llamados a la acción, mientras la comunidad exige respuestas claras y un compromiso real con la salud de los más vulnerables. La situación se torna crítica y la presión sobre el gobierno aumenta, mientras el futuro de la atención pediátrica en el país pende de un hilo.