LLEGÓ EL FIN DE LAS RETENCIONES CERO: CRISIS EN EL CAMPO ARGENTINO
En un giro inesperado, el gobierno de Javier Milei ha decidido poner fin a las retenciones cero, desatando una ola de indignación y descontento entre los productores rurales. En un chat interno de la Sociedad Rural, el clima es de estallido: “estafados y huérfanos”, claman los socios, mientras la figura de Nicolás Pino, presidente de la entidad, se tambalea ante la presión. Las críticas no se han hecho esperar, incluso desde aliados tradicionales, señalando que la medida es un golpe directo a quienes trabajan la tierra.
Los productores, que han dedicado horas de esfuerzo y sacrificio, se sienten traicionados. “Nos han puesto la soga al cuello”, exclama un agricultor cansado de ver cómo sus esfuerzos son aprovechados por un pequeño grupo de poderosos. La medida, que se presenta como un intento de reactivar la producción, ha sido calificada de “pacto” entre el gobierno y las grandes cerealeras, dejando a los pequeños productores en un estado de desesperanza.
El riesgo país ha reaccionado drásticamente, y el dólar se ha visto afectado, reflejando la incertidumbre que invade a los mercados. “Esto no es una solución, es un desastre”, advierten analistas, mientras el temor se apodera de los sectores productivos. Las promesas de reactivación económica se desvanecen y el futuro del agro argentino se oscurece.
En medio de este caos, la oposición se frota las manos, y el gobierno enfrenta una creciente presión interna y externa. La pregunta que resuena en todos los rincones del país es clara: ¿quiénes realmente se benefician de esta medida? La respuesta parece ser un pequeño grupo que, una vez más, se enriquece a costa de los que producen. Argentina se encuentra en una encrucijada crítica, y el tiempo se agota.