¡A Milei le salió el tiro por la culata! En un giro inesperado, la promesa de retenciones cero del gobierno de Javier Milei se desmorona en solo tres días. Desde su anuncio el 22 de septiembre hasta el 25, las grandes cerealeras argentinas liquidaron rápidamente 7,000 millones de dólares, pero no para beneficiar a los productores, sino para embolsarse las ganancias.

Los productores, que habían depositado su confianza en el nuevo gobierno, ahora se encuentran furiosos. La eliminación de retenciones, que prometía un respiro económico, se convirtió en una trampa. Las grandes agroexportadoras, como Bunge y Cargill, firmaron declaraciones juradas para exportar millones de toneladas, pero la realidad es que no poseen la producción necesaria. Esto deja a los productores en una situación precaria, preguntándose si recibirán un pago justo por su cosecha o si se les aplicarán nuevamente las retenciones.

El malestar crece entre los agricultores que ahora enfrentan la incertidumbre de si sus productos serán adquiridos a precios justos o si las retenciones reactivadas les restarán aún más. La promesa de Milei de un cambio radical en la política económica se convierte en un eco vacío, mientras que los verdaderos beneficiarios parecen ser las grandes corporaciones que han tomado el control de la situación.

La situación es crítica y el tiempo corre. Los productores exigen respuestas y soluciones inmediatas, mientras que el gobierno se enfrenta a una creciente ola de descontento. ¿Logrará Milei recuperar la confianza de quienes lo apoyaron o será este el inicio de un conflicto agrario que podría desestabilizar su administración? La tensión está en el aire y el futuro de la agricultura argentina pende de un hilo.