Javier Milei, el presidente argentino, ha reavivado el debate sobre la crisis económica del país al afirmar que “lo peor ya pasó”, en un discurso reciente en Paraguay. Sin embargo, la realidad económica cuenta otra historia. Este martes, Milei presentó el presupuesto 2026 al Congreso, donde insistió en que los salarios se han multiplicado, a pesar de que muchos argentinos no perciben estas mejoras en su vida diaria. La economía se contrae y no hay señales de recuperación, con caídas en la industria y el consumo.
A medida que el descontento social se intensifica, el miércoles se espera una gran marcha al Congreso en protesta por los recortes en educación y jubilaciones. La comunidad educativa y los trabajadores de la salud se movilizarán, mientras la oposición critica la falta de un plan real para enfrentar la crisis. Axel Kicillof, gobernador de Buenos Aires, ha señalado que los votantes esperan correcciones en el rumbo económico.
La situación se complica aún más con un escándalo de corrupción que involucra a la Agencia de Discapacidad y una droguería, con más de 600 contratos bajo investigación. El fin del secreto de sumario podría revelar pruebas clave sobre sobornos y malversación de fondos.
Mientras Milei se aferra a su narrativa optimista, la realidad es que la economía argentina sigue tambaleándose. Con un clima social cada vez más tenso y un futuro incierto, la presión sobre el gobierno aumenta. La pregunta persiste: ¿realmente lo peor ya pasó, o estamos apenas al inicio de una crisis aún mayor? La respuesta podría estar en las calles este miércoles.