**Los Milei, complicados por la interna y las acusaciones de corrupción**
En un giro explosivo, el gobierno de Javier Milei enfrenta un escándalo de corrupción que amenaza con desestabilizar su administración. La reciente filtración de audios comprometedores ha llevado a la destitución de Diego Españuelo, exdirector de la Agencia Nacional de Discapacidad, quien fue grabado hablando de un presunto esquema de coimas y retornos. La situación se agrava mientras el Congreso debate frenéticamente nuevas iniciativas en medio de protestas masivas de trabajadores que exigen respuestas.
Milei, furioso, ha arremetido contra el Congreso, acusando a la oposición de tener una agenda destinada a “quebrar el Estado nacional”. Su retórica ha alcanzado niveles alarmantes, denunciando un “Congreso secuestrado” por el kirchnerismo, mientras su gobierno intenta contener el impacto político de las acusaciones que lo rodean. En paralelo, la oposición ha tomado la ofensiva, buscando sancionar leyes que frenen el ajuste fiscal que Milei ha impuesto.
El clima de tensión es palpable, con trabajadores del Garrahan y otros sectores manifestándose en las calles, exigiendo justicia y transparencia. A medida que los senadores discuten temas críticos como la emergencia en discapacidad y el financiamiento universitario, la presión sobre el gobierno se intensifica. La destitución de Españuelo, un amigo cercano de Milei, no ha hecho más que avivar las llamas de la sospecha sobre la corrupción dentro de su círculo más íntimo.
Mientras tanto, la situación de los detenidos y heridos tras el violento encuentro entre hinchas de Independiente y la U de Chile se suma a la crisis. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ha culpado al gobierno por no garantizar la seguridad, desatando un intercambio de acusaciones que revela una profunda división política. El presidente chileno, Gabriel Boric, ha calificado de “inaceptable” lo ocurrido, enviando a su ministro del Interior a Buenos Aires para supervisar la situación de los ciudadanos chilenos afectados.
Con el país al borde de una crisis política y social, la pregunta que todos se hacen es: ¿cómo responderá Milei ante este desafío monumental? La incertidumbre crece y el tiempo apremia.