En un país donde el contraste entre la riqueza y la pobreza es palpable, las cinco personas más ricas de México brillan con fortunas que desafían la imaginación. Desde el poder del petróleo hasta el dominio en telecomunicaciones, estas figuras no solo han acumulado riqueza, sino que también han moldeado la economía nacional.
Encabezando la lista se encuentra Carlos Slim, un titán de los negocios que ha convertido su fortuna, estimada en más de 77,100 millones de dólares, en un imperio que incluye telecomunicaciones y comercio. Con un legado que se extiende más allá de las fronteras de México, Slim es reconocido no solo por su riqueza, sino también por su influencia en el desarrollo del país.
A su lado, Germán Larrea Mota-Velasco, director ejecutivo de Grupo México, se posiciona como el segundo mexicano más rico, con un patrimonio de aproximadamente 13,900 millones de dólares. Su dominio en la minería lo convierte en un jugador clave en la economía global, especialmente en la producción de cobre.
El tercer lugar lo ocupa Alberto Bailleres, un economista y empresario conocido por su filantropía. Con un patrimonio que supera los 10,400 millones de dólares, Bailleres preside un holding que abarca desde el comercio hasta la minería, demostrando que la riqueza puede ir de la mano con la responsabilidad social.
Ricardo Salinas Pliego, con 8,000 millones de dólares, es un nombre familiar en el ámbito empresarial. Fundador del Grupo Salinas, su influencia en el sector de servicios financieros y medios de comunicación es innegable, lo que lo convierte en un referente de la innovación en el país.
Finalmente, Eva Gonda Rivera, viuda del expresidente de FEMSA, Eugenio Garza, completa esta lista de élite con una fortuna de 60,700 millones de dólares. Su legado empresarial y su papel como líder en la industria de bebidas la consolidan como una figura clave en el panorama económico mexicano.
Estas cinco personalidades no solo representan la riqueza en México, sino que también son símbolo de un país en constante evolución, donde el éxito empresarial puede transformar realidades y abrir puertas a nuevas oportunidades.