🚨 En un giro sorprendente en la crisis ucraniana, el presidente Volodimir Zelenski ha propuesto una cumbre de emergencia con Donald Trump y Vladimir Putin para negociar la paz en Ucrania. Esta audaz iniciativa surge en medio de un aumento alarmante de la violencia, con Rusia lanzando el mayor ataque aéreo desde el inicio del conflicto, justo dos días después de un canje de prisioneros que involucró a mil individuos de ambos bandos.
Zelenski ha señalado que Estados Unidos podría jugar un papel crucial como mediador en este proceso, sugiriendo que la reunión se realice en un lugar neutral como Turquía, el Vaticano o Suiza, y rechazando la idea de Bielorrusia, propuesta por Moscú. Sin embargo, el ambiente es tenso; a pesar de su retórica pública, Zelenski advierte que Putin no tiene verdaderas intenciones de paz, calificando sus promesas como engañosas.
La situación sobre el terreno es desalentadora. Mientras Zelenski busca diálogo, Rusia intensifica su ofensiva, capturando nuevas localidades en Dietk y Sumi, y acumulando 50,000 soldados en la frontera. La comunidad internacional observa con inquietud, ya que la amenaza de una escalada mayor se cierne sobre la región.
Trump, por su parte, ha descrito el canje de prisioneros como un posible paso hacia la paz, aunque sus recientes declaraciones sobre Putin, llamándolo “completamente loco”, añaden más tensión a un entorno ya cargado de incertidumbre.
Con la guerra sin visos de cesar y su agenda diplomática en aumento, Zelenski se prepara para asistir a importantes cumbres internacionales, incluyendo el G7 y el Consejo Europeo. La cuestión es: ¿podrá esta reunión trilateral ser la clave para poner fin a un conflicto devastador? La respuesta podría determinar el futuro de Ucrania y la estabilidad en Europa.