Un ataque violento sacudió esta mañana la sede de Radio 10 en Buenos Aires, cuando una mujer desquiciada, identificada como Marcela Libertad Morales, desató su furia con un palo de hockey, destrozando vehículos estacionados frente a la emisora. El caos estalló en pleno programa matutino conducido por el reconocido periodista Gustavo “El Gato” Silvestre, quien se encontraba al aire mientras su entorno se convertía en un escenario de terror.
Testigos relatan que la mujer, visiblemente alterada y gritando incoherencias, comenzó a golpear los autos de Silvestre y de su colega Gabriela Radice, causando daños significativos. Los retrovisores, parabrisas y ventanillas quedaron hechos trizas en cuestión de segundos. La situación se tornó aún más alarmante cuando Morales amenazó a los productores de la radio, lo que llevó a la intervención rápida de la policía.
Los agentes arrestaron a Morales, quien continuó gritando y resistiéndose, lo que hizo necesario solicitar la asistencia de servicios de emergencia para evaluar su estado mental. Aunque se sospecha que la mujer podría estar sufriendo un desequilibrio psiquiátrico, no ha habido un diagnóstico oficial hasta el momento.
Este ataque no solo ha dejado a la comunidad periodística en estado de shock, sino que también ha suscitado una ola de especulaciones sobre las motivaciones detrás de su violenta explosión. Algunos rumores sugieren que podría haber un mensaje oculto detrás de su actuar, lo que plantea la inquietante pregunta: ¿fue un brote aislado o un acto premeditado disfrazado de locura?
Mientras la noticia se difunde, el país entero sigue atento a los desarrollos de este impactante suceso, que refleja las tensiones crecientes en la sociedad argentina. La comunidad periodística se pregunta: ¿Estamos ante una nueva forma de violencia simbólica? La respuesta podría ser más perturbadora de lo que imaginamos.