El mundo del crimen se sacude con la noticia de la notificación roja de Interpol contra Matías Agustín Osorio, un joven de 28 años vinculado al brutal asesinato de las jóvenes Brenda, Morena y Lara. Este sicario, conocido como mano derecha de “Pequeño J.”, es ahora el principal objetivo de las fuerzas de seguridad en el norte argentino, donde se teme que intente escapar del país.
Las autoridades han activado una búsqueda internacional, alertando a las policías de frontera en Bolivia, Perú y Paraguay. La urgencia de la situación es palpable: Osorio no ha sido visto en su barrio, el 2124, desde días antes de los allanamientos, lo que intensifica la preocupación sobre su posible fuga.
Osorio es acusado de un crimen atroz, que incluye tortura y violencia de género, en un acto premeditado que ha dejado a la comunidad conmocionada. Se le atribuye un papel central en la muerte de las tres jóvenes, un acto que ha sido calificado como un crimen de género, evidenciando la brutalidad con la que se cometió. La Unidad Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM) está al frente de la investigación, subrayando la gravedad de la situación.
Las imágenes de este peligroso delincuente circulan entre las fuerzas de seguridad, que están en alerta máxima. La presión es alta para capturarlo y llevarlo ante la justicia. La comunidad clama por respuestas y justicia, mientras se intensifican los esfuerzos para localizar a Osorio antes de que logre desaparecer. La caza ha comenzado, y el tiempo corre.