Viviana Canosa ha denunciado en vivo a Rolando Barbano, el esposo de Marina Calabró, en una acalorada discusión sobre la cobertura mediática de un triple femicidio que ha dejado a Argentina en estado de shock. La polémica se desató tras el brutal asesinato de tres jóvenes: Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez, de solo 15 años, cuyos cuerpos fueron encontrados desmembrados en Florencio Varela. Canosa, visiblemente indignada, criticó la forma en que algunos periodistas, incluido Barbano, han culpado a las víctimas, enfocándose en su supuesta vida como prostitutas en lugar de condenar a los asesinos.
La discusión no solo es un enfrentamiento entre periodistas; es una guerra cultural y mediática que expone el machismo arraigado en la sociedad. Canosa cuestionó fuertemente por qué se da más importancia a la vida privada de las víctimas que a la brutalidad del crimen. “No importa si eran prostitutas, eso no justifica su asesinato”, exclamó. La cobertura del caso ha revelado un profundo problema en los medios, donde se perpetúan narrativas que culpan a las víctimas, en lugar de centrar la atención en los criminales.
Este escándalo mediático ha desatado una ola de indignación y ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de cambiar la narrativa en torno a la violencia de género. La pregunta que queda en el aire es: ¿hasta dónde escalará esta batalla por la verdad y la justicia? La sociedad exige que se escuche a las víctimas y que se ponga fin al ciclo de culpabilización y silencio. La lucha de Canosa no es solo por justicia, sino por un cambio en la forma en que se informan y se perciben estos horrendos crímenes. La atención está ahora en los medios: ¿serán capaces de cambiar su enfoque o continuarán perpetuando el ciclo de violencia y misoginia?