ENTREGA Y DEUDA: EL PLAN TRUMP-MILEI
En un giro alarmante de los acontecimientos, la economía argentina se encuentra bajo el control de Estados Unidos, específicamente de Scott Besen, secretario del Tesoro, quien ha comenzado a dictar las políticas económicas desde su Twitter. La situación es crítica: la deuda ya impagable se incrementará con nuevos préstamos, mientras que el gobierno argentino parece haber entregado su soberanía a intereses extranjeros.
Ari Lijalad, en su editorial, denuncia la normalización de la violencia de género en los medios, pero rápidamente se centra en la crisis económica que enfrenta el país. La economía, que ya estaba en ruinas, ahora depende de decisiones tomadas en Washington, no en Buenos Aires. Besen ha dejado claro que el rumbo económico del país no es cuestión de la administración de Milei o Caputo, sino de las órdenes que provienen de Estados Unidos.
La inminente elección del 26 de octubre se ha convertido en un punto crítico. La posibilidad de que el pueblo argentino frene este plan de entrega y deuda depende de su voto. Si Milei pierde, se podría detener la injerencia estadounidense. Sin embargo, el panorama es sombrío: el gobierno actual está alineado con los intereses de Trump, quien no oculta su deseo de ver a Milei reelegido.
Mientras tanto, la presión sobre el campo argentino aumenta, con la amenaza de la reinstauración de retenciones que solo beneficiarán a los agricultores estadounidenses. La narrativa de Milei como defensor de la soberanía se desmorona ante la realidad de un país que se convierte en un mero peón en el juego geopolítico de Estados Unidos.
El mensaje es claro y urgente: el futuro de Argentina está en juego. El pueblo debe actuar, y el tiempo se agota. La elección del 26 de octubre no es solo una votación, es una lucha por la soberanía y la dignidad del país.