Pablo Duggan ha encendido la alarma en el ámbito político argentino al cuestionar la lógica detrás de las votaciones en contra del Garrahan. En un análisis urgente, Duggan revela que los últimos datos de la provincia de Buenos Aires indican que Javier Milei ha perdido el apoyo de los sectores más vulnerables que inicialmente respaldaron su candidatura. Este cambio es alarmante, ya que Milei había contado con el respaldo de votantes desengañados del peronismo.
La situación se complica aún más con la inminente votación sobre el veto al Garrahan, donde se rumorea que faltan cruciales cuatro o cinco votos para alcanzar la mayoría. La presión social se intensifica con la marcha programada para mañana, donde se anticipa una gran afluencia de manifestantes. “La sociedad no lo va a tolerar”, advierte Duggan, destacando la importancia de la universidad pública y su percepción positiva entre la población.
Mientras tanto, la incertidumbre crece en el Congreso. Algunos diputados, como Rodrigo de Loredo, están en la cuerda floja, enfrentando el descontento popular. La tensión es palpable, con la seguridad del Congreso reforzada ante la posibilidad de disturbios. “Los diputados se esconden detrás de las vallas”, señala Duggan, subrayando la desesperación y frustración de la ciudadanía.
La situación se vuelve crítica: si el veto no es rechazado, las repercusiones serán devastadoras para la educación pública y el futuro de miles de estudiantes. La presión social y la indignación están en su punto máximo, y la decisión de los legisladores podría marcar un antes y un después en la política argentina. Todos los ojos están puestos en el Congreso, y el tiempo se agota.