La incertidumbre económica en Argentina se intensifica mientras la población se pregunta: “¿Lo peor ya pasó?” En un recorrido por las calles, los testimonios de los ciudadanos revelan un panorama desolador. Con la inflación descontrolada y los salarios que no alcanzan, muchos se sienten atrapados en una burbuja de promesas incumplidas.
Un ingeniero de alquiler compartió su frustración: “No te alcanza de la mínima”. Otros, con experiencias de crisis previas, como la de 2001, se muestran escépticos ante las afirmaciones del presidente. “Llevo escuchando esto 50 años”, dice un hombre, reflejando la desconfianza generalizada hacia los discursos oficiales.
Los ciudadanos expresan su lucha diaria para llegar a fin de mes, con un claro consenso: la situación es insostenible. “Todo lo que venga sea virtual”, lamenta una mujer, mientras otro asegura que la economía está “muy parada”. A pesar de la desesperanza, hay quienes mantienen un rayo de optimismo, aunque con reservas. “Soy optimista, pero no creo que mejore en lo inmediato”, señala un joven desencantado que se siente defraudado por las promesas de cambio.
Mientras la economía se tambalea, la pregunta persiste: ¿realmente hemos tocado fondo? Las respuestas en las calles sugieren que la lucha apenas comienza, y el futuro sigue siendo incierto. La voz del pueblo resuena con fuerza, y los ecos de la realidad económica son imposibles de ignorar.