Largas filas y desesperación se apoderan de la Facultad de Odontología en medio de una crisis sanitaria y económica. La situación se torna crítica mientras cientos de pacientes esperan ser atendidos, muchos de ellos sin acceso a servicios de salud privados. La facultad, que ofrece atención odontológica a precios accesibles, se ha convertido en el último recurso para quienes no pueden permitirse tratamientos en clínicas privadas.
Entrevistas revelan el descontento y la preocupación de los pacientes. “No tengo prepaga, así que esta es la mejor opción”, comenta un joven que se encuentra en la fila. Otro paciente, un jubilado, destaca la importancia de este servicio: “Aquí tienes todo lo que necesitas, a diferencia de lo que ofrecen en otros lugares”. Sin embargo, la tensión aumenta con la inminente votación sobre un veto que podría afectar el financiamiento de la universidad y sus servicios.
La facultad se prepara para una manifestación programada para esta tarde, donde se espera que estudiantes y pacientes se unan para exigir que se mantenga el acceso a la atención dental. “Necesitamos que nos escuchen; esto es vital para todos nosotros”, afirma un asistente.
Con más de 15 pacientes atendidos por día y una creciente demanda, la Facultad de Odontología se enfrenta a un desafío monumental. La comunidad está en alerta máxima, a la espera de decisiones que podrían impactar su salud y bienestar. La crisis no solo se siente en las largas filas, sino también en la incertidumbre que rodea el futuro de la atención odontológica accesible. La lucha por la salud de los más vulnerables continúa, y la presión aumenta a medida que avanza el día.