Fernando Borroni ha desatado una tormenta en el escenario político argentino con su editorial en “Sin Lugar para los Débiles”. En un análisis incisivo tras los resultados electorales de la provincia de Buenos Aires, Borroni expone la debilidad del gobierno de Javier Milei, que, a pesar de la contundente derrota, parece aferrarse a políticas de ajuste y represión. La situación es alarmante: el presidente veta leyes vitales como el presupuesto universitario y la emergencia pediátrica, desafiando la voluntad popular expresada en las urnas.
Borroni utiliza la fábula del escorpión y la rana para ilustrar la naturaleza destructiva del gobierno actual, afirmando que Milei, como el escorpión, no puede cambiar su esencia. La metáfora resuena en un contexto donde las decisiones del gobierno amenazan con hundir a la población en un abismo de desnutrición y precariedad. A medida que el círculo rojo del poder se inquieta por el resurgimiento del peronismo, la pregunta que persiste es: ¿hacia dónde nos lleva este gobierno?
La indignación crece entre los ciudadanos, quienes ven cómo sus derechos básicos están en juego. La respuesta de Milei, lejos de ser conciliadora, es un veto tras otro, ignorando las necesidades urgentes de salud y educación. Borroni concluye que este es un momento crítico que exige una profunda reflexión sobre el futuro del país y la dirección que tomará su liderazgo. La batalla cultural está en marcha, y el pueblo, como la rana, debe decidir si se arriesga a cruzar el río con un escorpión. La urgencia de una respuesta colectiva nunca ha sido tan evidente.