**La otra CARA del ESCÁNDALO: RECORTES en DISCAPACIDAD**
En un giro alarmante de los acontecimientos, familias con hijos con discapacidad se encuentran en una lucha desesperada contra un sistema que parece haber olvidado sus necesidades fundamentales. Mariana y María, dos madres que representan la voz de muchos, denuncian la cruel realidad de los recortes en servicios esenciales para sus hijos. “El nomenclador está frenado”, afirma Mariana, quien teme por la continuidad de las terapias y la educación de su hijo Julián. La angustia es palpable: “No son números, son personas con sentimientos”, recalca, mientras el futuro de sus hijos pende de un hilo.
La situación se agrava con las revelaciones de que el gobierno podría haber desviado fondos destinados a la discapacidad. “Nos toman el pelo”, expresa Mariana, sintiéndose como el enemigo público en una narrativa que ignora el sufrimiento de miles. María comparte su propia tragedia: su esposo perdió el trabajo, y con ello, su acceso a servicios de salud vitales. “Estamos atrapados en un sistema perverso”, lamenta, mientras su hijo con discapacidad motora y cognitiva enfrenta la incertidumbre.
Las historias de estas madres son solo la punta del iceberg. La burocracia y la falta de respuesta del gobierno han llevado a situaciones insostenibles, donde familias enteras quedan desamparadas. “Hay personas que han perdido su vivienda por la eliminación de pensiones”, advierte María, describiendo una crisis humanitaria que se agrava día a día. La desesperación es evidente: “El daño que nos están haciendo hoy nunca lo vivimos”.
Mientras estas valientes madres se preparan para marchar y defender los derechos de sus hijos, el eco de sus voces resuena en un país que debe escuchar. La lucha por la dignidad y el acceso a servicios básicos para las personas con discapacidad no puede ser ignorada. La urgencia de actuar nunca ha sido tan crítica.