En un contundente acto de unidad, los presidentes de China y Rusia, Xi Jinping y Vladimir Putin, han emitido una enérgica condena a los recientes ataques aéreos de Israel sobre Irán. Según el Kremlin, ambos líderes calificaron las acciones israelíes como una violación del derecho internacional y de la Carta de la ONU. Xi Jinping instó a Israel a cesar sus operaciones de inmediato, advirtiendo que el conflicto se está descontrolando y que el uso de la fuerza solo profundizará el odio y el caos en la región.
Los mandatarios de Moscú y Pekín coincidieron en que no existe una solución militar a esta crisis, subrayando que el único camino viable es a través de negociaciones políticas y diplomáticas. En este contexto, Xi presentó una propuesta de cuatro puntos para la paz: un alto al fuego inmediato, protección de civiles y nacionales de terceros países, retorno a las negociaciones sobre el programa nuclear iraní y mayor cooperación internacional, especialmente entre las grandes potencias.
Putin describió los ataques israelíes a las instalaciones nucleares de Irán como extremadamente peligrosos y advirtió sobre una posible catástrofe si el conflicto se intensifica. También enfatizó la necesidad de garantizar la seguridad de los nacionales extranjeros en la región. Hasta el momento, Putin ha ofrecido los servicios de Rusia como mediador a líderes como Donald Trump y Benjamin Netanyahu, pero ninguna de las partes ha aceptado la propuesta.
Mientras tanto, China continúa apoyando a Irán económicamente, adquiriendo hasta el 90% de las exportaciones de petróleo iraní a través de transbordos en alta mar cerca de Malasia. Ambos líderes reafirmaron la fortaleza de su confianza política y asociación estratégica, prometiendo una mayor coordinación en los días venideros. A medida que el mundo observa con ansiedad, China y Rusia se están posicionando como mediadores en busca de la paz, advirtiendo que el tiempo se agota. La pregunta que persiste es si las partes en conflicto escucharán estos llamados o si la situación se desbordará hacia una guerra regional más amplia.