En un giro inesperado y cargado de tensión, el expresidente Donald Trump ha emitido una dura advertencia al presidente ruso Vladimir Putin, asegurando que, de haber tomado decisiones, “a Rusia le habrían pasado muchas cosas realmente malas”. Estas explosivas declaraciones, publicadas en su red social Tru Social, se producen en medio del ataque aéreo más devastador de Rusia contra Ucrania, que dejó al menos 12 muertos y un escenario de caos en el país invadido.
Trump no se detuvo ahí; calificó a Putin de “completamente loco”, subrayando el peligro que implica la escalada de la violencia en la región. Con un tono de urgencia, el magnate advirtió que si las negociaciones de paz entre Moscú y Kiev siguen estancadas, Estados Unidos está considerando un proyecto de aranceles del 500% sobre las importaciones de naciones que adquieran petróleo, gas o uranio de Rusia. Una medida que, según el senador Marco Rubio, contaría con el respaldo unánime del Partido Republicano.
Desde Moscú, el Ministerio de Defensa ruso defendió sus bombardeos como respuesta a los ataques ucranianos, mientras que la portavoz del Ministerio de Exteriores, María Sakarova, anunció que Rusia trabaja en un acuerdo de paz que incluiría fechas precisas para cesar las hostilidades. Sin embargo, el asesor presidencial ucraniano, Andriy Yermak, acusó a Rusia de dilatar las negociaciones, lo que mantiene la incertidumbre sobre una salida diplomática al conflicto.
Con el mundo observando, la situación se torna más crítica cada día. La advertencia de Trump no solo resuena en la arena política estadounidense, sino que también envía un mensaje claro a Moscú: la paciencia de Occidente podría estar llegando a su límite. ¿Estamos ante un punto de inflexión en la crisis entre Rusia y Ucrania? Solo el tiempo lo dirá, pero la tensión en el aire es innegable.