**¡TERMINADOS! HASTA LOS ENCUESTADORES LIBERTARIOS ADVIERTEN QUE SE VIENE LA PIÑA: “LE VA MAL…”**
El clima económico en Argentina se torna cada vez más explosivo. En medio de un creciente descontento social, los encuestadores libertarios alertan sobre una crisis inminente que podría llevar al gobierno a una situación insostenible. Las encuestas indican que, si el oficialismo no mejora su desempeño en las elecciones de septiembre, el dólar podría dispararse, exacerbando la ya alarmante inflación.
Con una inflación que ha escalado del 1,5% en mayo al 1,9% en julio y una estimación de 2,3% para agosto, la situación es crítica. La percepción de los ciudadanos, que aún recuerda los niveles de inflación durante el gobierno de Alberto Fernández, es de creciente desesperanza. La caída en el consumo es palpable; muchos argentinos, como una jubilada que apenas sobrevive con 10,000 pesos mensuales, se ven obligados a recurrir a la ayuda alimentaria.
La tensión se intensifica con un paro total de camioneros en Vaca Muerta, un punto clave para la economía del país. Los trabajadores, cansados de perder poder adquisitivo, están tomando medidas. Mientras tanto, grandes empresas están cerrando sus puertas, y el panorama empresarial se oscurece con cada día que pasa.
El gobierno, que intenta mantener el control de la situación, enfrenta un desafío monumental. La falta de confianza en sus políticas económicas se traduce en una creciente incertidumbre. A medida que la inflación sigue en aumento y el consumo se desploma, el riesgo de un estallido social se vuelve más real. La pregunta que todos se hacen es: ¿podrá el gobierno estabilizar esta crisis antes de que sea demasiado tarde? La respuesta parece cada vez más lejana.