El primer ministro canadiense, Mark Carney, ha firmado un acuerdo de asociación estratégica en defensa y seguridad con la Unión Europea, un movimiento que busca fortalecer los lazos de Canadá con Europa en un momento en que las relaciones con Estados Unidos se están debilitando. Este acuerdo se produce en vísperas de la cumbre de la OTAN y refleja un cambio significativo en la política exterior canadiense, que busca diversificar sus relaciones comerciales y de seguridad.
Carney enfatizó que, independientemente del resultado de las negociaciones con Estados Unidos, Canadá se enfocará en construir relaciones comerciales con socios afines y confiables que compartan sus valores. En este sentido, el acuerdo con la UE es una respuesta a la creciente incertidumbre respecto a la política estadounidense y una oportunidad para Canadá de alinearse más estrechamente con Europa.
El acuerdo incluye colaboraciones en áreas críticas como el gas natural licuado y la energía nuclear, así como la adquisición de defensa, lo que podría beneficiar a la industria canadiense. Observadores políticos han señalado que este movimiento es una estrategia inteligente, dado que Canadá ha sido excluido de discusiones clave sobre defensa entre Estados Unidos, Australia, Japón e India.
La declaración conjunta entre Canadá y la UE también aborda temas de cambio climático y crisis globales, subrayando un compromiso compartido con un enfoque más tradicional de la política exterior que contrasta con la reciente cumbre del G7. A medida que se intensifican las tensiones en el escenario internacional, el primer ministro Carney está claramente buscando nuevas alianzas que fortalezcan la posición de Canadá en un mundo cada vez más incierto.
La cumbre de la OTAN que se avecina será un escenario crucial para evaluar cómo este nuevo enfoque afectará las dinámicas de seguridad en la región y la relación de Canadá con sus aliados tradicionales.